miércoles, 21 de septiembre de 2016

Querida amiga...


NOTA: Escuchar con cascos: Pepinot- Bruno Coulais. (https://www.youtube.com/watch?v=nPINUO_K58w )



Por la M empiezan palabras como miedo, melancolía o maravilla.


El miedo que ha podido surgir de las incesantes preguntas que nos hacemos constantemente sobre lo que somos, hasta dónde podemos llegar y qué pasará si nuestros corazones no serán lo suficientemente fuertes para aguantar las peores tormentas.


¿Es el miedo quien hace que seamos débiles por dentro o tan solo es una serie de acontecimientos que nos proyecta nuestra mente en forma de advertencia?


Si de algo estoy segura es de que los miedos siempre se enfrentan superandolos.
Cada otoño se despide de nosotros con unas gotas. Será la tristeza de dejar el cálido verano, los atardeceres en la cama con el sonido suave de los árboles agitándose por la suave brisa del aire. Ese olor característico de los últimos rayos de sol atravesandonos la piel.


Pero el sol se esconde para dejarnos una nueva época de melancolía. Los árboles se enfrentan a sus miedos. Acaban con ellos, con sus esfuerzos, con sus hojas. Se despiden de una parte de ellos que un día les correspondía cuidar. Como nosotros de nuestras vidas.






Nuestras maravillosas vidas, tan delicadas que dejamos que otras personas puedan entrar en ellas.
Cada día que abrimos por primera vez los ojos, decidimos a quién le daremos el poder de controlar un poco nuestros corazones. Por eso espero que escojas bien a quien le dedicas tus emociones.
Porque no todas las almas te dejan marcas bonitas.
Y si no escoges quién pueda dejarte obras de arte como marca, escoge, al menos, quién lo pueda arreglar.


Hay dos tipos de amistades: Quienes te hunden y te hacen sentir inferiores a ellos o quienes te hacen brillar cuando estas a su lado, te hacen feliz, mágica, importante.


‘Disfruta cada día de tu vida’ me dijo por última vez una persona muy importante en mi vida.
Y ojalá tú también lo hagas. Ojalá rías, llores, grites, corras, saltes, nades, vivas feliz.
Si algún día decides perderte, déjame acompañarte en el viaje.








María.



1 comentario:

¿Qué habeis sentido al leerlo?