Creías que iba a durar para siempre, lo que no te esperabas era que me cansase de buscarte, de llamarte, de pensar cosas para hacer que tus días fueran un poco menos tristes. Y ahora que ya no lo tienes, me llamas a gritos, pero yo ya me quedé sorda el día que decidistes dejar de cuidarme.
María.
María.
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