Los días pasaban y poco a poco empecé a darme cuenta de cada detalle que me rodeaba. Empecé a ver como la gente que me rodea empezaba a cambiar y a ponerme etiquetas, algunas me llamaban rara, mientras que otras me llamaban perfecta. Entonces decidí buscar quién realmente era, quien era la persona de mi interior, la que luchaba por salir y darse a conocer a el mundo.
Cerré los ojos y deje que todos mis pensamientos me inundasen por dentro, intente ser por una sola vez invisible para el mundo , quitarme todas las etiquetas , y por fin sentí que llegaba a un lugar donde tenías el cielo a tus pies, donde las estrellas te sonreían y la luna te iluminaba tu camino, llegué a tocar a mi yo interior, pero cuando ya todo me podía hacer volar, solté un grito desconsolador , un grito que nadie lo había podido oír, un grito silencioso, estaba atrapada en aquel mundo, ya no podía salir, solo me acompañaban otras dos chicas, una de ellas, vestía de colores oscuros, mientras que la otra vestía de colores vivos y llamativos, se gritaban, se odiaban, pero se querían como nadie lo hacia. Intenté acercarme hacía ellas, pero poco a poco todo lo que dejaba atrás desaparecía , y se convertía en nada. Entonces, cuando ya casi lo había conseguido, cuando ya creía que las había llegado a entender, me di cuenta de que en realidad eso jamas lo conseguiré , jamás entenderé a aquellas dos chicas unidas en una sola persona que luchaba por salir pero también luchaba por quedarse. Abrí los ojos y volví a encontrarme en aquella silla llena de preguntas aún sin contestar.
María.22
Cerré los ojos y deje que todos mis pensamientos me inundasen por dentro, intente ser por una sola vez invisible para el mundo , quitarme todas las etiquetas , y por fin sentí que llegaba a un lugar donde tenías el cielo a tus pies, donde las estrellas te sonreían y la luna te iluminaba tu camino, llegué a tocar a mi yo interior, pero cuando ya todo me podía hacer volar, solté un grito desconsolador , un grito que nadie lo había podido oír, un grito silencioso, estaba atrapada en aquel mundo, ya no podía salir, solo me acompañaban otras dos chicas, una de ellas, vestía de colores oscuros, mientras que la otra vestía de colores vivos y llamativos, se gritaban, se odiaban, pero se querían como nadie lo hacia. Intenté acercarme hacía ellas, pero poco a poco todo lo que dejaba atrás desaparecía , y se convertía en nada. Entonces, cuando ya casi lo había conseguido, cuando ya creía que las había llegado a entender, me di cuenta de que en realidad eso jamas lo conseguiré , jamás entenderé a aquellas dos chicas unidas en una sola persona que luchaba por salir pero también luchaba por quedarse. Abrí los ojos y volví a encontrarme en aquella silla llena de preguntas aún sin contestar.
María.22
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